Odio: la sinrazón de la naturaleza humana

Odio: nuestro peor enemigo.

Acecha, ronda en nuestro pensamiento permanentemente, nos vacía la mente, la creatividad, la bondad, los pensamientos positivos.

Pareciera que el odio es lo único inherente a la naturaleza humana, no hay lugar para otros sentimientos.

Estamos tan abandonados a nosotros mismos, y odiamos a unos y a otros. Nos disgustan las personas, tenemos aversión a personas, actos y animales.

Nos quejamos de la violencia, de las guerras, de las decisiones gubernamentales, del dinero que no alcanza. De las enfermedades, del ruido, de la suciedad, del vecino, de la maestra, del novio infiel. Del director, del jefe, del doctor, del barrendero, de los hijos del vecino, de la mascota del vecino. De Peña Nieto, de Calderón, de Vicente Fox Quesada, de Salinas, de Zedillo, de Andrés Manuel López Obrador \”El Peje\”, de Anaya.
Nos odiamos los unos a los otros. Para qué queremos un infierno estado muertos, si lo padecemos estando vivos.

¿Cómo alcanzar el cielo en este mundo lleno de violencia y de odio?

Estados Unidos y Rusia, los dos países proveedores de violencia y muerte, los dos por igual, están dispuestos a hacer la guerra. A quien sea. Odian a los musulmanes, a los mexicanos, a los latinos, a los afganos. A los iraníes, a los iraquíes, a los rusos espías y a los estadounidenses pobres.
¿Por qué odiar?
¿Para qué humillar?
¿Por qué marginar?
¿Para qué aniquilar?
Decía Martín Luther King:
“Con frecuencia, los hombres se odian unos a otros porque se tienen miedo; tienen miedo porque no se conocen. No se conocen porque no se pueden comunicar; no se pueden comunicar porque están separados”.

Tenemos que combatir el odio todos los días, debemos estar preparados para cuando aparezca.

Esto no se trata de religión, ni de políticas, ni de economías. Es un asunto HUMANO, un asunto de DECISIONES ante la vida.